Se pueden dividir en ortodoncia fija o invisible
La ortodoncia es el tratamiento que se utiliza para alinear la dentadura y corregir posibles anomalías en los dientes y la mordida, para evitar problemas masticatorios. Este tratamiento permite llegar a excelentes resultados, siempre guiado por tu dentista especializado en ortodoncia.
Así, existen diferentes tipos de ortodoncia, cada uno con sus ventajas y desventajas. A continuación, te contamos todo lo que debes saber de cada una de ellas.
Ortodoncia Fija (brakets)
Este tipo de tratamiento se caracteriza por utilizar técnicas Multibrackets, lo que significa la colocación de varios brackets pegados a los dientes. Estos brackets pueden ser metálicos o de otros materiales como el zafiro o la porcelana. Además, esos brackets se unen con alambres y otros elementos elásticos o metálicos con el objetivo de aplicar fuerza en los dientes.
Los brackets van pegados al diente con un cemento especial durante todo el tratamiento y no pueden ser retirados por el paciente, sino que deben ser retirados por el dentista en una clínica dental especializada en ortodoncia.
Esta tipología es en la actualidad la más económica, aunque tiene la desventaja de que puede resultar un poco antiestético. Para ello, además de los brackets metálicos existen otros más estéticos, de porcelana o zafiro, que tienen una apariencia más discreta.
Por otro lado, cabe decir que los brakets pueden colocarse por la parte exterior de los dientes o por la parte interior (ésta última, también más estética). En el segundo caso, el precio de la ortodoncia se incrementa y además pueden ser incómodos para la higiene dental o el habla del paciente.
Ortodoncia Invisible (removible)
Esta técnica es una de las más novedosas y es la preferida de los pacientes en los últimos años. Consiste en una serie de alineadores, fabricados en un material especial de plástico, que se adaptan a la dentadura del paciente y que pueden ser retirados por el paciente (para comer o lavarse los dientes).
Estos alineadores se fabrican a medida, tras un estudio de ortodoncia, planificando el cambio de cada uno, dependiendo de la maloclusión del paciente.
La principal ventaja de esta tipología es la comodidad, la facilidad para realizar la higiene de la boca y del aparato, el mantenimiento de la estética dental,…y por otro lado, decir que es una técnica que cada consigue resultados más rápidos y eficaces.
Ortodoncia funcional o interceptiva
Este tipo de ortodoncia es una de las más utilizadas cuando hablamos de niños pequeños (de entre 6 y 12 años). Es un tipo de aparatología que se introduce en la cavidad bucal y permite guiar el crecimiento de los dientes, así como un desarrollo normal de los maxilares y la mandíbula.
Así, indicar que estos tratamientos se utilizan cuando coexisten los dientes temporales con los definitivos y con ellos se evita que en un futuro aparezcan problemas dentales más complejos. Durante esta época, los huesos maxilares se encuentran en desarrollo, por lo que resultan más moldeables que en la adolescencia y edad adulta.
Desde los 6 años es importante que los más pequeños acudan al dentista de forma periódica, con el objetivo de detectar los problemas funcionales lo más tempranamente posible. Las correcciones más habituales que se llevan a cabo en esta época son: expansión de los maxilares, estimulación o detención del crecimiento óseo, o generación de espacio en una o ambas arcadas. Para todas ellas, lo más habituales es utilizar la ortodoncia funcional.
Las ventajas de este tipo de ortodoncia son: favorece una mordida correcta, mejora la estética facial y oral del paciente, evita problemas con la ATM (articulación temporomandibular), protege los dientes del desgaste excesivo, ayuda a prevenir problemas periodontales (al mejorar la higiene) y mejora la respiración nasal. La duración del tratamiento suele oscilar entre 6 y 18 meses, dependiendo del niño.
Los aparatos dentales de ortodoncia funcional se clasifican según el diseño y la finalidad terapéutica en:
- Aparatos rígidos (pasivos): tienen mucha resina y poco alambre.
- Aparatos elásticos (activos): tienen poca resina y mucho alambre.
- Aparatos de regulación de función: una placa de resina separa la musculatura.
¿Qué tipo de ortodoncia es más rápida?
En cuanto a la rapidez para obtener los resultados esperados, podemos decir que el sistema que se ha revelado como más rápido es la ortodoncia invisible, en los casos en los que se requiere sólo el movimiento parcial de algunos dientes o sólo unos sectores. También puede resultar muy efectivo en algunas maloclusiones, como las mordidas abiertas.
Sin embargo, no se recomienda cuando existe una sobremordida.
La ortodoncia lingual (en la que los brakets se colocan por la parte interior del diente) es la que más alarga el tratamiento.
Por su parte, la ortodoncia autoligable-fija (ya sea metálica o estética), también han demostrado una gran rapidez, sobre todo en las primeras etapas del tratamiento.
Por último, debemos tener en cuenta que influye la edad a la que se inicie el tratamiento, la respuesta inesperada de cada paciente, la colaboración del mismo y la experiencia del profesional.
¿Qué Ortodoncia es la que más me conviene?
Para decidirte por una u otra, lo mejor es consultar al ortodoncista; él te ayudará a decidir cuál es la técnica de ortodoncia que más se adapta a tus necesidades. Asimismo, te indicará cuál es el camino a seguir durante todo el tiempo que dure el tratamiento, para conseguir el objetivo adecuado.
A pesar de que los pacientes tienden cada vez más a la ortodoncia invisible, en ocasiones no es aconsejable la utilización de la misma, por la previsión de no conseguir los objetivos. En estos casos, la ortodoncia fija es una opción fantástica para cualquier tipo de maloclusión.
Los profesionales de Centro Dental Europa, tu dentista en Toledo y Guadamur, sabrán cuál es el mejor tratamiento de ortodoncia en tu caso concreto, utilizando los equipos y sistemas más modernos y con la tecnología más puntera. Pero, ¿cuándo debo hacerlo? Algunos signos de que debes acudir al dentista son la presencia de dientes mal alineados, espacios grandes entre dientes, dientes ausentes, desgastados, dolor en la articulación temporomandibular, diferencia entre los huesos maxilares, problemas para abrir o cerrar la boca, asimetrías faciales,…
